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Queridos internautas, el día de hoy dejaremos por un lado las finanzas y les compartiré mi sentir sobre las elecciones venideras. Antes que nada, quiero aclarar que ésta es sólo mi opinión y si piensas diferente está bien, se vale tener ideas encontradas, pues “de la diversidad y la tolerancia se crean las mejores soluciones» (dicho por yo mero). En fin, a lo que nos truje.

Existen cuatro candidatos a la presidencia de México, de los cuales no me atrae ninguno; así las cosas, ¿en qué debería basar mi voto? Es claro que todos tienen cola que les pisen y evidentemente todos son o pertenecieron a algún partido (o a dos). Lo que creo más sensato es evaluar las propuestas: primero, que sean claras y explicadas de manera coherente, pero que a la vez sean viables dentro de nuestro sistema; se oye muy padre que van a subir el salario mínimo a $800,000.00 o a bajar los impuestos a 1% o inclusive que van a acabar con la corrupción de la noche a la mañana, pero siendo realistas este tipo de propuestas sólo pretenden atraer a la gente porque son problemas complejos que no se resuelven de un día para otro y quizá ni siquiera a lo largo de un sexenio.

Otro punto importante es quién va a formar parte del gabinete, es decir, quiénes son las personas que aconsejarán y estarán con el presidente durante el sexenio. Sin duda tienen que ser personas capacitadas para su puesto y sobre todo no siempre tienen que coincidir con la opinión o el perfil del candidato, ya que nuestro país es tan diverso que tener el mayor número de perspectivas es vital para que las decisiones que se tomen impacten positivamente a un mayor número de personas.

Si como yo no sabes por quién votar, entonces ¿qué deberías hacer? Bueno, basado en lo anterior creo que debes votar por el que más te convenza. Pero, ¿qué hay del voto «útil? Pienso que el voto útil es el que se ejerce, así de sencillo. Permíteme explicarte: las personas que llaman al voto «útil» normalmente o no quieren que la persona que va al frente en las encuestas gane o son fervientes seguidores de los candidatos que van en segundo lugar. Si eres uno de estos casos, ¡está perfecto!, vota como tú decidas y si crees que el segundo lugar es la mejor opción ¡hazlo! Pero por otro lado no trates de influenciar el voto de las personas, cada quien debe decidir libremente.

En este sentido escuchamos por todos lados que no la reguemos y hagamos nuestro voto “útil”, pero nuevamente te repito, ¡el voto que se ejerce es útil, no importa por quién sea! Piénsalo de este modo: vivimos en una “democracia”, y en una democracia se vota y gana la propuesta que según la mayoría de sus ciudadanos es la mejor para ellos mismos y los demás. Lo que nunca nos dicen de la democracia es que muchas veces lo que nosotros queremos no empata con lo que la mayoría de la gente quiere, y esto también entra en el concepto; debes reconocer que lo que tú quieres no siempre es lo que los demás piensan que es lo mejor, y aceptar esto es parte de vivir en una sociedad. De esa forma, creo que debes votar por quien tú quieras sin que nadie te trate mal por esto.

Ahora, si tu candidato no gana ¡ni modo!, es parte de la democracia y al día siguiente seguirás teniendo las mismas responsabilidades como ciudadano, y no porque alguien piensa diferente que tú debes discriminarlo o hacerlo menos, recuerda que un gran país sale adelante por dos componentes: sus ciudadanos y su gobierno; evidentemente el máximo peso recae en sus ciudadanos, así que si nosotros no nos respetamos, no exigimos, no somos responsables y no nos ayudamos el uno al otro, ni el gobierno más perfecto podrá sacarnos adelante.

Por último, quiero invitarte a que el día de las elecciones salgas a votar, pues es importante que entre todos decidamos y no se quede esta decisión en manos de unos pocos, no importa por quién votes, tu voto es útil; y no olvides que no importa quién gane, al día siguiente debemos salir y unirnos como país para lograr que este México que tanto amamos salga adelante, cada uno desde su trinchera y profesión, enalteciendo el valor y el trabajo de uno mismo y el valor de nuestros hermanos mexicanos.

¡Soy el Jefe Marcos y de nada!

 

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