El TLCAN, eso que se asemeja más a ti cambiando tazos en el recreo que a un tratado internacional, hoy en día está sacudiendo los mercados y sobre todo al peso mexicano. La imagen de arriba es la foto de portada de un artículo escrito el pasado 5 de junio por el Financial Times; pero, ¿qué es el TLCAN?, ¿qué debes saber sobre éste?
Vamos desde el principio. El TLCAN es el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA en inglich) y se firmó en el sexenio del mismísimo diablo en persona (no me refiero a tu mamá enojada sino a Salinas de Gortari) en colaboración con los gobiernos de Canadá y Estados Unidos. Éste tiene o tenía como propósito facilitar el comercio entre países, eliminar barreras arancelarias y proteger diferentes cosas como la propiedad intelectual.
Todo bien hasta aquí, pero nadie contaba con el arribo del presidente más loquito de América. Así, con la llegada de Donald TRUNKS -como le dice Andrés-, los estadounidenses se alborotaron un poco y decidieron que nos estábamos aprovechando de ellos (en materia comercial obviamente), por lo que solicitaron la re-negociación del tratado y todos están volviéndose locos.
Ahora vamos a lo importante. Hace poco nos enteramos que Donald Trump quería imponer aranceles sobre el acero y el aluminio para sus aliados comerciales; México, Canadá y la Unión Europea fueron exentos (por un tiempo) del mismo. Sin embargo, el pasado primero de junio se acabó esta exención, por lo que se pronosticó que los precios en el acero y el aluminio importados a EUA subirían 25% y 10% respectivamente. Es importante que notes dos cuestiones en esta situación.
La primera es: ¿por qué lo hacen? Donald Trump, como seguramente lo has escuchado, tiene un discurso de política proteccionista, es decir, quiere regresar la manufactura a la mano de sus ciudadanos, por lo que con esta medida pretende que el acero y el aluminio que lleguen de otros países sean más caros que los nacionales, provocando que los «gringos» compren todo con el acerero local.
La segunda es: ¿cómo afecta esto a México? Bueno, en primera instancia afecta directamente en los precios de todo lo que sea un derivado del acero y del aluminio y que esté fabricado en EUA, pues entonces estos productos serán más caros, ya que al final del día el que pagará esos aranceles será el consumidor final. Por otra parte, afecta a los productores de acero que exportan a EUA, puesto que como será más caro puede ser que sus compradores volteen a ver otras opciones y el nivel de ventas baje.
Asimismo, el peso se ve afectado por el entorno de las negociaciones por el hecho de que nadie sabe qué va a pasar (como te expliqué en Benito Juárez: ¿el nuevo dólar?). Todo mundo especula que Estados Unidos, al ser tan poderoso económicamente, saldrá victorioso de la re-negociación, y al estar tan fuerte en estos momentos no es que el peso esté debilucho, sino que el dólar está mamey (o sea fortachón). Hay que aclarar que nuestro país no canta mal las rancheras, ya que tanto México como Canadá impusieron aranceles espejo a EUA, es decir, del mismo monto que las de EUA; volviendo al ejemplo, de los tazos, es como si EUA tuviera el tazo de Pikachu edición limitada y tú tuvieras otros cinco tazos no tan malos que juntos valen igual que el codiciado Pikachu.
En ese sentido, la Unión Europea también está atacando con diferentes aranceles; además de esto, el sensual Justin Trudeau se proclamó contra los aranceles impuestos por su vecino del sur (puedes ver la noticia aquí Sexy Trudeau). Del mismo modo, México interpuso una disputa ante la Organización Mundial del Comercio, pues afirman que Estados Unidos está violando los lineamientos de los acuerdos internacionales.
Por ahora no nos queda más que esperar la resolución de esta guerra comercial; no olvidemos que tanto Canadá como la Unión Europea “están de nuestro lado”, y que al mismo tiempo se aproximan las elecciones, lo que sólo representa incertidumbre en los meses venideros.
¡Soy el Jefe Marcos y de nada!