Seguramente te has preguntado por qué las elecciones presidenciales son un rollo, pues no sólo en México sino también a nivel mundial son un tema de gran relevancia. Te preguntarás “¿y qué le importa a los demás países si voto por mi mocha manos preferido?”; bueno, este interés tiene fundamento en motivos económicos ya que, como sabrás, hoy en día estamos más conectados que nunca y el comercio es un punto focal (o sea muy importante).
Primero, ¿qué podríamos definir como mercado? Así como te lo imaginaste, el mercado es el sitio al que vas por las tortillas y prácticamente es un lugar donde se compran bienes y servicios. Ahora, poniéndolo en el contexto mundial, sería lo mismo pero sin un lugar físico y específico, es decir, el mercado es el conjunto de todas esas transacciones que se realizan a diario en diferentes lugares y en diversos formatos.
Como deberías saber, México es un país importante en diferentes aspectos del comercio global y por lo tanto diferentes Estados, inversionistas y compañías trans-nacionales tienen interés de hacer negocios con nosotros; en consecuencia, quien dé pauta a las negociaciones y a la inversión dentro y fuera del país importa, y en este caso esa persona es el presidente.
Te lo explico de otro modo: seguramente has escuchado que cuando Steve Jobs murió bajaron las acciones de Apple o que cuando Donald Trump twittea alguna pendejada estupidez el peso sube o cae; pero ¿qué relación tienen exactamente las elecciones y el mercado? Ahí te va:
Imagínate que en tu vecindario el del chavo hay una tortillería por abrir y tú decides dar la cantidad de dinero que les faltaba para poder hacerlo; es decir, eres un accionista de la tortillería y vas a recibir ciertas ganancias si esta misma lo hace. Tú estás confiado en tu inversión porque sabes que doña Mary es la mejor tortillera del condado y hace unas tortillas de los dioses, aparte de que le compra el maíz a un productor que sólo le vende a ella y que es orgánico, NON-GMO, light y todas las fregaderas que quieras.
Hasta aquí todo va bien, pero un día resulta que doña Mary desafortunadamente cae enferma y no puede ir a hacer tortillas, por lo que la gente empieza a especular (adivinar) sobre si el sabor de las tortillas que compren en su ausencia será el mismo o si tendrán la misma calidad; hay incluso quien empieza a buscar otra tortillería pensando que posiblemente Mary cuelgue los tenis o sea se muera, y pues sin ella no es lo mismo.
En este punto tú como accionista de la tortillería puedes decidir hacer diferentes cosas: quizá una sería traer a alguien más con cierto prestigio haciendo tortillas para que así puedas seguir generando ganancias, o podrías decidir cobrar tu dinero e invertirlo en otro lado; observa también que el proveedor del maíz NON-GMO y light seguramente también empezará a buscar otras opciones en caso de que doña Mary ya no esté para comprarle.
En este ejemplo la presidente es nuestra doña Mary, y por lo tanto cada vez que hay una nueva doña Mary (presidente), el mercado – inversionistas, empresas, etc.- especula sobre si será lo mismo, sobre si la nueva doña Mary es mejor que la anterior o si será un completo fiasco.
Digamos que si doña Mary trae una nueva receta (un nuevo tratado o un recorte a los aranceles), dependiendo de los nuevos ingredientes es cómo los mercados reaccionan, es decir, si el nuevo presidente tiene planes que no van de acuerdo a los intereses de los inversionistas, es probable que el peso mexicano baje debido a que quizá ya no se vea tan seguro poner tu dinero en México hasta que el nuevo presidente actúe y aclare la incertidumbre.
Ya que los presidentes de los países son quienes toman decisiones e impulsan acciones en temas como inversión local, política exterior, entre otros, los mercados y las demás naciones analizan previamente a los candidatos para conocer sus ideas y sus alianzas, y de este modo poder proteger sus inversiones o arriesgarse a invertir a lo grande. De igual modo ponte en zapatos del inversionista: si ves que la persona que dirige al país tiene unas propuestas que no van de acuerdo a tus intereses, lo más probable es que saques tu dinero de ahí, lo cual multiplicado por muchos inversionistas traerían una caída porcentual del valor de la moneda local.
Ahora que ya tienes una idea de por qué se mueven los mercados durante las elecciones presidenciales, te invito a que investigues bien a los candidatos y votes por el que creas que hará un mejor papel. Te recuerdo que un presidente nos debe representar como ciudadanos para cuidar nuestros intereses, y a su vez tiene que dar la cara al mundo y dejar en claro que en México sabemos hacer bien las cosas. De igual modo, quiero decirte que no hay presidente que vaya a cambiar radicalmente nuestra situación para bien, pues si cada uno de nosotros no cambiamos como ciudadanos nada va a pasar; en cambio, si nos comprometemos como mexicanos y no damos mordidas, apoyamos los negocios locales, si pagamos nuestros impuestos y no toleramos la corrupción seguramente haremos de México un mejor país.
¡Soy el Jefe Marcos y de nada!